Tu habitación puede convertirse en un refugio cálido, personal y lleno de estilo con unos pocos cambios bien pensados. Aquí compartimos nuestros secretos favoritos para transformarla sin grandes reformas.

1. El poder de los textiles
Una colcha en lino lavado, unas cortinas fluidas o una alfombra con textura pueden cambiar por completo la atmósfera. Opta por tonos neutros o tierras para una sensación de calma natural.

2. La mesilla perfecta
Una mesilla bonita, con un libro, una vela, una lámpara suave… funciona como punto de apoyo práctico y estético. Nuestro truco: manténla despejada, con sólo tres objetos clave.

3. Toques personales que suman
Una foto especial, una lámina que te inspire o un objeto heredado añaden carácter sin esfuerzo. La clave está en no saturar. Elige con intención.

4. Luz natural y atmósfera
Evita tapar la ventana con muebles pesados. Deja que entre la luz, el aire, la vida. Añade una lámpara cálida y difusa para el anochecer.

La decoración no se trata de seguir tendencias, sino de crear un lugar donde te sientas en paz. Y todo empieza en tu habitación.

