Para Navidad, Trudon viaja a los callejones de un zoco encantado marroquí: luces colgantes cálidas, vidrio fundido colorido, accesorios dorado-cobrizos, todos son una invitación a viajar al desierto, hipnotizado con visiones y aromas.

Al igual que las preciosas linternas marroquíes, cada vaso está hecho a mano con cuidado y decorado con hojas de oro. Colorida, la colección vibra con luz ámbar para Abd el Kader.

Una ráfaga de libertad que sopla desde la costa de Rímel y las montañas retoma en su camino los aromas verdes de la menta fresca, la temeridad de las peleas, el aire caliente y con pimienta del jengibre y el perfume de té y tabaco de la tribu Ouled Nail...